Descripción
Entre finales del mes de agosto y principios de septiembre las abejas inician a libar el jugo de «mela» que suelta la bellota para elaborar la denominada miel de bellota, procedente de exudaciones de las bellotas de las encinas y robles.
Es la menos dulce de todas las mieles. La miel de bellota (roble o encina) no se obtiene por el néctar que se desprende de las flores, si no que, se produce por abejas que liban el mielato que segregan los frutos de la encina o bellotas.
La miel de bellota se presenta en un color oscuro (casi negro). Cuenta con un sabor bastante fuerte, no tan dulce como el resto de las mieles que conocemos.
Predominan las propiedades digestivas y astringentes. Gracias a su alto contenido de minerales, la miel de encina se emplea puntualmente para los tratamientos contra la anemia y afecciones en las vías respiratorias.