La ruta tiene su inicio a unos 2,7 kilómetros de la alquería de Castillo desde una pista forestal.
Nos adentramos en el valle del arroyo Guijarroblanco un rincón único en Las Hurdes por su belleza y singularidad, en el que caminando por un bosque natural de encinas y madroños tendremos la sensación de habernos transportado a otra época y a otro lugar propio de un escenario de cuentos y de un mundo de fantasía. Este enclave es un pequeño reducto de los antiguos bosques subhúmedos de encinas y madroños que probablemente se extendieron por amplias zonas de Las Hurdes.
La senda nos conduce hasta la Madroña de Guijarroblanco, un madroño monumental (Arbutus unedo ) de 10 metros de altura que es el ejemplar de mayor tamaño de su especie en Extremadura. Por ello, fue declarada en 2003 como “Árbol Singular” por la Junta de Extremadura.